A la hora de pensar en promover el desarrollo integral del ser humano, hay que separar dos grandes categorías. Hay tareas de protección social que son permanentes y están más allá de cualquier cálculo de costos: el sector público y el sector privado organizaciones de la sociedad civil debe amparar a quienes no pueden o ya no están en condiciones de generar los recursos que necesitan para vivir dignamente. Quienes están en esa situación no sólo necesitan transferencias económicas, sino también un entorno social y cultural que les permita recuperar la autoestima y reorientar su potencial personal.

El caso central de cada acción de AFROUNITWORLD es el combate a la pobreza. Esta diversidad de situaciones implica que no hay que plantear una opción excluyente entre actividades universalistas y actividades focalizadas. Una estrategia para el desarrollo integral humano debe incluir la influencia en la dimensión social y económica.

Las actividades universalistas deben abarcar la educación, la salud y la seguridad humana, desde una visión coherente e integradora.

Las actividades focalizadas deben atender a situaciones específicas como la marginalidad, la población en situación de calle, las brechas generacionales, la discriminación racial o de género, o la desprotección de la población con discapacidad. Esta diversidad de situaciones requiere respuestas diferentes, pero ajustadas a un enfoque común. Ese enfoque estará definido por la intervención temprana, la integralidad de la acción por encima de barreras burocráticas, la territorialidad, el involucramiento de la sociedad civil y el carácter dinámico de las intervenciones, que deben ajustarse a las diferentes etapas del ciclo de vida.

Los requisitos para acceder a estos programas serán definidos y aplicados en forma objetiva, asegurando el acceso a dicha información a los potenciales beneficiarios y ofreciendo medios de comunicación y trámite que contemplen la situación del público destinatario.