La pobreza no consiste en la insuficiencia de recursos que permiten satisfacer las necesidades mínimas, sino en la incapacidad de generar esos recursos en forma autónoma, ya sea a través de empleos dignos o de emprendimientos sustentables. Acciones efectivas prosociales empresariales contra la pobreza deben crear las oportunidades para que las familias y los individuos se vuelvan capaces de generar ingresos y establecer lazos de cooperación con el resto de la sociedad.