Un objetivo importante de la investigación en las ciencias sociales relacionada con el deporte para el desarrollo y la paz en los últimos años ha sido evaluar los resultados positivos experimentados por los participantes en programas de ese tipo. Una parte importante de la investigación indica que estos resultados se acumulan. Por lo tanto, la oferta de programas basados en el deporte y de oportunidades de actividad física puede contribuir a mejorar de forma considerable la vida de las personas más marginadas del mundo, sobre todo los niños y jóvenes.

​Por ejemplo, se ha constatado que el deporte contribuye de forma positiva a concienciar sobre el VIH/SIDA y ayudar a reducir su propagación. Las investigaciones realizadas en Dar es Salaam (República Unida de Tanzanía) revelaron que los niños que participaron en la programación educativa sobre el VIH/SIDA, a través del entrenamiento por compañeros centrado en el deporte, demostraron un mejor conocimiento del comportamiento sin riesgo y más inclinación a él que los niños que solo habían participado en el plan de estudios nacional. Como concluyeron los investigadores, el enfoque basado en el deporte es un medio eficaz de comunicar información deseable sobre prácticas sexuales sin riesgo a una población de adolescentes en riesgo.

Especialmente en caso de que las infraestructuras sanitarias públicas sean insuficientes o de que no existan políticas nacionales relativas al VIH/SIDA, la programación basada en el deporte puede incidir positivamente en la lucha contra la pandemia.

​También se ha demostrado que el deporte apoya el empoderamiento de género, especialmente de las niñas y las jóvenes marginadas o limitadas social, económica o físicamente. En este tipo de programas, la novedad e incluso la naturaleza transgresora de la participación de las niñas en el deporte puede cuestionar el patriarcado y contribuir al empoderamiento de género y a una mayor igualdad entre hombres y mujeres. Por ejemplo, un estudio realizado en Delhi (India) constató que, entre las estructuras sociales profundamente patriarcales, la programación basada en el deporte brindaba a las niñas y las jóvenes la oportunidad de adquirir importantes conocimientos relacionados con la salud reproductiva y mejorar su confianza, posición social y relaciones.