La integración social una tarea de todos

La sociedad tiene un desajuste entre su realidad social y económica. por ejemplo: El PBI per cápita que ha alcanzado un país como Colombia nos coloca en un “país en desarrollo”, la “clase media” mundial, pero tenemos niveles de exclusión, tasas de criminalidad, desigualdades educativas y problemas de vivienda propios de un país económicamente débil. Tenemos una economía que crece y, al mismo tiempo, una sociedad cada vez más fracturada.

Además de ser una situación injusta, esta situación amenaza muchos países nuestro futuro. Si no se logra modificar el rumbo, vamos a dejar definitivamente atrás a la Colombia integrada y pacífica para convertirnos en una sociedad dividida en dos bloques enfrentados: una minoría que acumulará recursos y oportunidades, y una mayoría que vivirá en la vulnerabilidad y la dependencia.

Para evitar ese riesgo debemos tener dos ideas claras. La primera es que hay que actuar rápido: el tiempo nos juega en contra, porque las situaciones de exclusión y fragmentación social tienden a consolidarse cuanto más duran. La segunda es que hay que innovar: ni las políticas sociales, ni las políticas educativas ni las políticas de seguridad aplicadas en estos años han conseguido modificar la tendencia. Por eso tenemos que probar nuevas estrategias. Hace falta evolucionar en nuestra manera de abordar lo social.

Luego de años en los que primó una concepción asistencialista y tutorial, nosotros afirmamos que la única herramienta eficaz para superar la exclusión y la marginalidad es la esperanza. Una esperanza que sea compartida por la sociedad en su conjunto, por los beneficiarios de las políticas públicas y por quienes las aplican. El convencimiento de que la exclusión y la pobreza pueden ser derrotadas es la base del desarrollo social.

Las políticas públicas deben sostener y amparar a los sectores más vulnerables, pero al mismo tiempo nos deben involucrar a todos. La construcción de una sociedad más equitativa y plural es una tarea común. Si quedamos atrapados en el quiebre social, todos terminamos marginados. Cuando esta mirada global se pierde, lo que quedan son iniciativas descoordinadas, que actúan dentro de la sociedad como parches.

Este cambio conceptual debe traducirse en prácticas concretas. Para eso es necesario cumplir dos grandes tareas: reorganizar la inversión social con un propósito de desarrollo humano sostenible, y adoptar un nuevo estilo de gestión. Las estrategias de acción y la institucionalidad desarrollada en estos años donde la organización ha realizado trabajos comunitarios (particularmente el otorgar ayudas al necesitado sin la orientación continua) no son parte de la solución sino del problema. Hay que apoyar integralmente a los individuos y aprovechar mejor los recursos disponibles logrando multiplicarlos para extender la ayuda a otros territorios.

Para AFROUNITWORLD la manera de concebir la reconstrucción del tejido social está orientada por los siguientes principios:

Principios para el desarrollo humano AFROESTUNITWORLD