Parte de los problemas que enfrentan muchos programas sociales es la falta de progresividad. Los apoyos que recibe el beneficiario se interrumpen en cuanto éste obtiene un empleo, alcanza cierto nivel de ingresos o cruza algún otro límite semejante. Esto suele generar clientelas dependientes, compuestas por personas que no tienen suficientes incentivos para abandonar su condición de beneficiarios de ayudas sociales. De este modo se eterniza la situación que se aspira a superar. 

En línea con las mejores prácticas a nivel internacional, nos proponemos a desarrollar programas progresivos, que acompañen de manera realista el desarrollo de cada persona hasta lograr su autonomía y extender a otras regiones geográficas los programas, desarrollando siempre programas con sustentabilidad.